Tal es lo que sucede en el Restaurante D'els Artistes, en el que su propietario y jefe de cocina, el suizo Roland Broggi, estuvo posicionado entre los los mejores cocineros de Suiza durante muchos años.
Roland llegó a Altea hace ocho años, ya retirado del exigente mundo de la cocina suiza. Pero quien lleva en los genes la vocación de la cocina, siempre la anhela. Y es por eso que decide, junto a su esposa Helen Van Esch, establecer nuevamente un restaurante que, sin vivir en el estrés de las guías gastronómicas, brindará calidad y calidez.
Decir gastronomía suiza es evocar exigencia, innovación, precisión e inmensa calidad, pero cuando se habla de una alta puntuación en la prestigiosa guía gastronómica Gault Millau, se tocan las fronteras de las mejores cocinas del mundo.
Ya no sorprende que su restaurante esté permanente lleno, ni sorprende tampoco la sonrisa de satisfacción con que los comensales se marchan del lugar. D'els Artistes se ha convertido en el punto de encuentro y de disfrute más apetecido de Altea y para lograrlo, Roland y Helen ponen un esmero cotidiano que abarca todos los detalles implicados en la buena restauración.
Ellos dicen tener varios secretos que son la clave del éxito: el buen trato, claro está, el ambiente, la elegancia informal que se respira en D'els Artistes, la gran cuchara del chef, pero sobre todo, la calidad y frescura de todos y cada uno de los productos que ofrecen, porque la diferencia de sabor entre un producto que se cultiva de forma artificial y uno que crece libremente es gigantesca.
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